Esta vez y sin que sirva de costumbre, precedente si que es, el arraigado paisano es quien abandona la madre tierra y busca al indiano. El reencuentro, 30 años después en Atocha.
Entre rubias de bote con faldas menguantes... la espera, no desespera

y por fin, bien cumplida la hora, chirriante y arrogante, entre vapores se anuncia la llegada... "Tren procente de Santander... a punto aparecer"
El saludo, en la cantina
-¡Camarero! una de anís del Mono y para mi, un orujo.
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